Era la final de la Copa del Mundo del año 1950, la primera edición después de catorce años de inactividad debido a la segunda Guerra Mundial. En un formato de final a cuatro, a los brasileños les bastaba con un empate; mientras que Uruguay estaba obligado a ganar el encuentro para poder hacerse con el título. Brasil y Uruguay se enfrentaban para deicidir qué país sería el mejor del planeta.