Cuando Heineken se empezó a producir localmente, en 1997, se lanzó al mercado la campaña con la frase “Pensá en verde”, que apelaba al color del envase de la cerveza. La marca ya era conocida por los consumidores argentinos, pues como cerveza importada Heineken era distribuida en algunos restaurantes y en bares irlandeses. El desembarco de Budweiser se produjo con una inversión inicial de 80 millones de dólares en la planta de Santa Fe de Cervecerías Santa Fe, perteneciente a Compañía Cervecerías Unidas (CCU) del grupo chileno Luksic, en la que se empezó a elaborar la famosa marca estadounidense.