Los magnates que en los últimos años se han hecho con el control de los grandes clubes europeos de fútbol proceden de todos los rincones del mundo. Fue sede de la Copa Mundial de Fútbol de 1950 y de la Copa Mundial de Fútbol de 2014, los dos en Brasil. Es curioso comprobar como una camiseta casi idéntica a una exitosa se convirtió en un fracaso sólo por el uso del color.