En riguroso silencio, prosiguió con su ritual de pases, despertando con cada uno tan variadas y sutiles impresiones que terminó desencadenando un tsunami de sensaciones tan profundas, refinadas y complejas como algunos platos de la sofisticada cocina oriental, sólo aptos para gourmets. Algunos emplean la imagen de Simón acompañados con diversos eslóganes, tanto favorables como críticos y humorísticos, y de forma natural, en diversas tallas y configuraciones.