La mayor polémica estribó en quiénes serían los componentes de la Primera División, y los bandos se llamaron maximalistas (los que abogaban por una liga amplia) y minimalistas (que defendían una Primera formada solo por campeones y subcampeones de España). En la temporada 1982-83, tras tres temporadas coqueteando con perder la categoría por la marcha de varios de sus futbolistas, se consumó el descenso a Segunda División, lo que fue un gran mazazo para un club que había enlazado 19 campañas consecutivas en la máxima categoría.