No solo por transcurrir al margen del Universo DC, cameos aparte, sino también por su erudición rayana en lo repipi, sus referencias al rock ‘alternativo’ (en especial el postpunk, de Joy Division a Siouxsie and the Banshees), la abundancia de personajes femeninos y LGTB, las tramas que compaginaban el drama con el terror y, sobre todo, su empeño en hacernos seguir a un protagonista muy cuestionable. Las camisetas todas feas, menos la del Madrid, que es fucsia.